viernes, 17 de abril de 2009

A propósito de Gustavo Ponce, René Bejarano en tres actos...

Octubre de 2004
Frente a su casa, en la calle Virgilio Uribe de la colonia Niños Héroes, René Bejarano trata de hablar con tranquilidad. Todavía no pisa la cárcel, pero lo hará en algunos días acusado de manejo de recursos de procedencia ilícita. Me toma del brazo mientras camina hacia los policías judiciales que lo vigilan para evitar que se dé a la fuga, como ya sucedió en ese momento con el secretario de Finanzas del DF, Gustavo Ponce.
Frente a los judiciales lanza una propuesta: los invita a comer tacos el siguiente domingo, luego les pregunta si no tendrán problema si aceptan, y él mismo se contesta: “No creo, me están cuidando”. Sabe que el mensaje de supuesta tranquilidad y control de la situación no es a los policías, sino al reportero que lo acompaña, para que lo reproduzca en el periódico en que trabaja. (Reforma, 30 de octubre de 2004)

Octubre de 2008
Un auto con rines cromados sobresale en la pensión de la calle Niños Héroes, casi esquina con Isabel la Católica. Es negro y luce impecable. Se trata de un C300 de Chrysler, con un costo, en ese momento de más de 400 mil pesos. Pienso en decirle al propietario de la pensión una frase popular que se acostumbra cuando alguien tiene un auto lujoso: “Se ve que anda descalzo”. Pero una voz aguda llama mi atención. Se trata del profesor René Bejarano, días antes de que anuncie su Movimiento Nacional Por la Esperanza. Después de saludarlo y recordarle que lo había entrevistado en algunas ocasiones, le pido su número celular, y le pregunto en dónde está y qué está haciendo: “Llámame, luego de cuento”. Por supuesto, nunca contestó el celular.

Noviembre de 2008
Supe de él y en qué andaba en una entrevista al diario Milenio y después a Milenio TV, con Carlos Marín, en donde René Bejarano decía que no se enriqueció, y hasta lanzó una frase que tiene el sabor de la invitación a comer tacos a los judiciales que lo cuidaban en octubre de 2004: “El que esté libre de culpa que aviente la primera liga”. Y en esa entrevista comentó: “Lo que si está claro es que yo nunca me enriquecí, ni en los cargos públicos ni en las actividades políticas”.





El pasado 13 de abril Gustavo Ponce, ex secretario de Finanzas de Andrés Manuel López Obrador,fue sentenciado a ocho años de prisión, culpable del delito de lavado de dinero.
Él, junto a Bejarano, formó parte de los llamados videoescándalos del gobierno de López Obrador, quien, en 2006, fuera candidato a la presidencia de la República de la coalición Por el Bien de Todos, primero los Pobres.

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