jueves, 30 de abril de 2009

Comida para llevar, golpe a las fondas



Una estatua viviente, toma sus precauciones contra la epidemia de influenza humana, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, frente a la Casa de los Azulejos.







Recorro los mercados de la Ciudad de México, esos que todavía sobreviven en esta capital y que compiten con las gigantescas tiendas departamentales.
Mujeres y hombres que todos los días sacan el sueldo de sus colaboradores, con lo que venden, ahora se ven tristes, preocupados que las ventas se cayeron hasta en un 90%. 
La medida que implementó el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, como parte de las medidas contra la influenza porcina, ahora rebautizada como influenza humana, ha golpeado su bolsillo.
Ellos, a diferencia de los restauranteros, no tienen recursos en el banco, o créditos, viven, como dicen, al día, y sus propietario no tienen acceso a apoyo del Gobierno local. 
La ayuda es, dicen, para los que menos tienen, como si ellos pertenecieran a los que más tienen...

Olvidados
Este es un país en que la clase trabajadora ha sido descuidada, y en la mayoría de las empresas no hay comedores, o una mesa para consumir los alimentos con la higiene necesaria; en los parques, no hay espacios para lavarse y o comer, la mayoría de las veces se hace sobre el pasto.

Sin higiene
Veo en los alrededores de los mercados, gente que compró comida para llevar: empleados que transportan colchones, taxistas y mensajeros comer en la banqueta, o sobre el cofre de un automóvil, amontonados todos, sin cubre boca y sin agua para lavarse las manos.


sábado, 25 de abril de 2009

Diferencias mortales


En la foto, una turista y su hijo caminan frente al palacio de Bellas Artes la tarde del sábado. Traen cubrebocas, atendiendo la recomendación de las autoridades mexicanas.



No es la primera vez que la falta de coordinación entre los Gobiernos federal y del Distrito Federal, impacta a la población.
Esta vez, para decenas de personas fue mortal, y el daño alcanzó dimensiones globales.
En las columnas políticas, la pelotita por lo tardío de la alerta en los casos de la influenza porcina en la Ciudad y el Estado de México va de un lado a otro.
Hay quienes señalan que la Secretaría de Salud del DF no informó a tiempo al gobierno federal lo grave de la situación. Otros señalan que el gobierno federal no quiso tomar a tiempo la decisión.
Ya había información
Antes de que el Gobierno Federal determinara suspender clases en esas dos entidades, ya había información de muertes por influenza en hospitales administrados por el Gobierno del DF y en hospitales federales.
La publicación del 22 de abril, en el periódico Reforma, detonó la comunicación entre la administración encabezada por Felipe Calderón y la de Marcelo Ebrard, y después de analizar los datos, llegaron a la conclusión de declarar una alerta.
Es obvio que el Gobierno de Ebrard había minimizado la situación, de eso deja constancia el que el secretario de Educación del DF, Axel Didricksson, ni siquiera supiera que estaban suspendidas las clases la mañana del viernes pasado, como se observó en una entrevista con W Radio, ese mismo día.

Ya son varias
Esa descoordinación entre autoridades federales y del GDF se ha manifestado en otras ocasiones. La última dio cuando se decidió recortar el abasto de agua a la Ciudad de México.
La primer conferencia de prensa para informar de esa medida, se dio en diciembre pasado, con la participación del director del Sistema de Aguas del DF, Ramón Aguirre. Pero fue poco atendida.
La segunda vez que se informó sobre el tema, El Universal la dio como nota principal, y el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, dijo que no sabía sobre el tema.
¿Qué pasa?
Si bien, sí hay comunicación entre las entidades federales y locales, las diferencias políticas y los enconos hacen que no fluya con la rapidez y eficiencia que una ciudad como la de México lo requiere.
Estos son sólo dos casos, pero han existido situaciones similares en otras áreas y en otros momentos. Tal es el caso de la seguridad pública.
Aunque no sean compadres
Tal vez no necesitan ser compadres, ni grandes amigos, pero Felipe Calderón y Marcelo Ebrard tienen la responsabilidad de coordinarse mejor, por el bien de los habitantes de la metrópoli, que dicen, es una Ciudad con Ángel.

viernes, 17 de abril de 2009

Y ya no voló ningún avión

Y poco antes de las 13:00 horas de ayer, los aviones dejaron de cruzar el cielo de ésta, la segunda ciudad más grande del mundo.
Había llegado Barack Obama, el presidente de Estados Unidos, capaz de detener el tráfico aéreo de toda una ciudad, para bajar sin riesgo.

Los vigías
En lo alto de los edificios, cientos de personas esperaban ver llegar el Air Force One, con su gemelo, escoltados por dos jets supersónicos.
A lo largo de la ruta de descenso de los aviones comerciales hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, las personas, solas o en grupo, miraban al cielo.
Pero algo pasó, el presidente de Estados Unidos no llegó por esa ruta, sino por otra, poco utilizada por las aeronaves que vuelan por el cielo de la Ciudad.

¡Láaastima!
“¡Ya llegó!”, se escucharon algunas voces de amigos y familiares, que avisaban a aquéllos improvisados vigías, que con cámara en mano esperaban captar una imagen, y algunos de
ellos se resistían a bajar.
“Ha de ser una estrategia, yo no me muevo de aquí hasta que no pase el primer avión comercial”, respondía uno de los capitalinos que esperó el paso de un avión, que finalmente no vio.

Como si fuera
una estrella

Y de pronto, los aviones volvieron a surcar el cielo.
En los puentes peatonales, cercanos al Aeropuerto Internacional, decenas de personas se apretujaban y se detenían de los barandales tubulares para no tropezar.
Como lo hacen los lémures o algunos felinos cuando quieren observar algo, estiraban su cuellos para ver si, desde afuera avistaban a ese avión que tiene la capacidad de ser invisible a los radares y es prácticamente inalcanzable para los misiles enemigos, que a fuerza de reportajes
y notas al respecto se ha convertido en una leyenda urbana.
Otras personas trataron de acercarse a la zona de Polanco, próxima a los puntos en que estaría
Barack Obama. Querían ver a La Bestia o Cadillac One, o al Marine One, pero se encontraron con una fortaleza impenetrable.
No, a pesar de los esfuerzos la mayoría de los capitalinos cazaimágenes, no lograron obtener una de estos tres vehículos fantásticos.

Asunto de
interés nacional

Y después, miles de interesados se pegaron a la pantalla de la televisión. Y ahí sí pudieron ver con claridad el Air Force One y el Marine One.
Pero algo robó su atención, y muchas personas cambiaron de canal:
la presentación de Javier Aguirre como técnico de la Selección nacional de futbol. Asunto, también, de interés nacional.

Bajó la expectativa
Y finalmente Obama se fue la mañana de este viernes, ya con menos expectativa
de parte de los capitalinos, pero no por ello con menor rigor en la seguridad.

A propósito de Gustavo Ponce, René Bejarano en tres actos...

Octubre de 2004
Frente a su casa, en la calle Virgilio Uribe de la colonia Niños Héroes, René Bejarano trata de hablar con tranquilidad. Todavía no pisa la cárcel, pero lo hará en algunos días acusado de manejo de recursos de procedencia ilícita. Me toma del brazo mientras camina hacia los policías judiciales que lo vigilan para evitar que se dé a la fuga, como ya sucedió en ese momento con el secretario de Finanzas del DF, Gustavo Ponce.
Frente a los judiciales lanza una propuesta: los invita a comer tacos el siguiente domingo, luego les pregunta si no tendrán problema si aceptan, y él mismo se contesta: “No creo, me están cuidando”. Sabe que el mensaje de supuesta tranquilidad y control de la situación no es a los policías, sino al reportero que lo acompaña, para que lo reproduzca en el periódico en que trabaja. (Reforma, 30 de octubre de 2004)

Octubre de 2008
Un auto con rines cromados sobresale en la pensión de la calle Niños Héroes, casi esquina con Isabel la Católica. Es negro y luce impecable. Se trata de un C300 de Chrysler, con un costo, en ese momento de más de 400 mil pesos. Pienso en decirle al propietario de la pensión una frase popular que se acostumbra cuando alguien tiene un auto lujoso: “Se ve que anda descalzo”. Pero una voz aguda llama mi atención. Se trata del profesor René Bejarano, días antes de que anuncie su Movimiento Nacional Por la Esperanza. Después de saludarlo y recordarle que lo había entrevistado en algunas ocasiones, le pido su número celular, y le pregunto en dónde está y qué está haciendo: “Llámame, luego de cuento”. Por supuesto, nunca contestó el celular.

Noviembre de 2008
Supe de él y en qué andaba en una entrevista al diario Milenio y después a Milenio TV, con Carlos Marín, en donde René Bejarano decía que no se enriqueció, y hasta lanzó una frase que tiene el sabor de la invitación a comer tacos a los judiciales que lo cuidaban en octubre de 2004: “El que esté libre de culpa que aviente la primera liga”. Y en esa entrevista comentó: “Lo que si está claro es que yo nunca me enriquecí, ni en los cargos públicos ni en las actividades políticas”.





El pasado 13 de abril Gustavo Ponce, ex secretario de Finanzas de Andrés Manuel López Obrador,fue sentenciado a ocho años de prisión, culpable del delito de lavado de dinero.
Él, junto a Bejarano, formó parte de los llamados videoescándalos del gobierno de López Obrador, quien, en 2006, fuera candidato a la presidencia de la República de la coalición Por el Bien de Todos, primero los Pobres.

jueves, 9 de abril de 2009

La Jalisciense, de Leduc a Sanz




Uno de mis poetas preferidos es Renato Leduc. Tal vez por eso, cuando me enteré que la cantina La Jalisciense estaba en la casona en donde nació el también periodista, decidí escribir sobre este lugar.
Al platicar con los propietarios del establecimiento, ubicado en Tlalpan, en el Sur de la Ciudad de México, me encontré con anécdotas dignas de cualquiera de las cantinas más publicitadas como tradicionales de la Ciudad de México, algunas ya desaparecidas: El Nivel y el Bar León, entre éstas.
¿Qué tiene de especial? Su funcionamiento como cantina tradicional y los personajes que han pasado por ahí: no sólo escritores, cantantes, actores, sino también algunos empresarios.
En los muros de la cantina hay una serie de fotografías que cuentan la historia de este lugar…
A continuación el texto publicado en Publimetro el viernes 27 de abril en la edición de la Ciudad de México y Monterrey.

La Jalisciense,
recorrido de
Leduc a Sanz

Con 139 años de historia, La Jalisciense tiene anécdotas con personajes que
van desde Renato Leduc hasta Alejandro Sanz, pasando por La Gaviota,
Angélica Rivera.
Es una cantina con valor histórico, que se encuentra en el centro de Tlalpan,
a un lado de la jefatura delegacional.
Aquí nació Leduc
Las fotografías de sus muros cuentan parte de su historia. En algunas aparece
el periodista y poeta mexicano Renato Leduc, que fue cliente de la cantina,
y nació, precisamente, en la casona en donde se encuentra el establecimiento.
Daniel Vázquez, mesero de este lugar, recuerda al escritor: “Dicen que era un
bohemio, pero él no se tomaba más de cuatro; ése era su límite”.
–¿Usted llegó a atenderlo?, se le pregunta.
–Sí. Lo veía sentado en esa, que siempre fue su mesa. Ahí llegó a recibir a sus alumnos y calificarles sus trabajos.
Una noche
Su funcionamiento como cantina tradicional atrajo la atención del cantautor Alejandro Sanz y Jim Corrs, del grupo The Corrs, con quien grabó, en ese
lugar, parte del video Una noche. Una fotografía en la pared se presenta como
testigo de aquella visita. En medio del propietario de la cantina, Fernando Fernández, y su hijo, Miguel Ángel, aparece Sanz.
La Gaviota
La cantina también fue una de las locaciones de la telenovela Destilando amor. Ahí, los personajes protagónicos encarnados por Angélica Rivera y Eduardo Yáñez, celebraban y bailaban algunos de sus momentos más felices.
“Aquí estuvo Angélica Rivera, quien podría ser la primera dama”, comenta
Miguel Ángel Fernández.